La realidad es que los Señores del Tiempo no suelen utilizar demasiado sus nombres, ni siquiera en contextos formales como en los juicios (The war games, The trial of a time Lord, The end of the time), lo único que sabemos es que su título como “Doctor” no es del todo inmerecido, ya que él mismo ha comentado en alguna ocasión que poseía un doctorado y que incluso, había estado un tiempo estudiando medicina en la Tierra, durante el siglo XIX (“The moonbase”).
Lo que sí está claro es que lo hemos visto aplicar todo tipo de conocimientos médicos a lo largo de muchos capítulos, haciendo uso de su destornillador sónico para hacer correctos diagnósticos y curar incluso pequeñas heridas (“El niño vacío”, “Nueva Tierra”, “El tiempo de los ángeles”, “La maldición del punto negro”), es pues un “sanador” habituado a hacer el bien (no entremos ahora en su vertiente más oscura, como destructor de los Daleks, ó de su propio pueblo), un título que eligió él mismo en Gallifrey al igual que El Amo se inclinó por el suyo.
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